La muerte es un tema que parece aterrarnos a todos por igual. Menos a las señoras que cruzan por la mitad de la calle cuando voy conduciendo y a los pokeros con moto que tanto se preocupan por proteger su codo con el casco, claro. Y digo esto pensando en ese lugar con el que se aterraba durante siglos a todo bicho viviente: el infierno.
Pregunto yo, si Dios es todopoderoso y bondadoso ¿cómo dejó que un ángel se rebelara contra él y fundara una región en la que castigar a los humanos que él había creado a su imagen y semejanza? Pues porque en el cielo no había sitio para todos y le venía bien. Además, todo superhéroe necesita un archi-enemigo, porque somos lo que somos por oposioción a otras cosas, porque sin referencia a los contrarios no podríamos definir nada.
No creo que tal lugar exista. Bueno sí, en realidad llevamos ya bastante tiempo viviendo en él. Como dice mi amigo Schopen, "La vida como péndulo oscila constantemente entre el dolor y el hastío, que son en realidad sus elementos constitutivos. Este hecho ha sido simbolizado de una manera bien rara: habiendo puesto en el infierno todos los dolores y todos los tormentos, no se ha dejado para el cielo más que el aburrimiento". No sé, una eternidad contemplando a Dios puede estar bien, pero a larga...
El caso es que, de existir, la mayoría de nosotros acabaríamos allí. Y reconozco que tengo cierta curiosidad, porque creo que una eternidad siendo sodomizado por Satán me va a parecer como unas vacaciones pagadas comparado con tener que rellenar papeles y formularios para la Junta. Satanás, no me cabe duda, gusta de disfrazarse de funcionario, y mediante la burocracia está extendiendo su dominio sobre la faz de la tierra. Sus secuaces ya no son los que eran: lo de disfrazarse de serpiente, de Hitler, Walt Disney o Ramón García es cosa del pasado. Ahora actúa a través de formularios, currículos, anexos y fotocopias compulsadas. Los tiranos de antaño ahora se llaman "consejero delegado" y en lugar de dirigirnos a ellos como posesiones satánicas con crucifijos, espejos, ajos y mariconadas por el estilo, encima hay que tratarles de "Excelentísimo Señor" y no de "Señor del Averno".
¿Para qué va a comprobar nadie cómo haces tu trabajo si un papel puede ahorrar esa molestia? ¿Para qué va a leer nadie lo que escribes si podemos mirar los índices de impacto y calidad?
Total, que estoy hasta las pelotas y todo será que me coja una gripe A en condiciones para que me pase por los infiernos a ver quién sodomiza a quién.
Señoras y Señores. Antropomorfísmo
Hace 6 horas
1 comentario:
Me he reído mucho. Hoy has estado especialmente ocurrente. Muy bueno.
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