lunes, 30 de marzo de 2009

Historias para no dormir

Pocas cosas me parecen más inexplicables que ese fenómeno callejero tan habitual del encuentro con alguien que lleva un niño o niña en el carrito y de repente alguien se acerca y le espeta algo del tipo: "Agagú atatá apopó". Si te has fijado, es un niño, no una oveja, y se trata de que aprenda a hablar, no de que le imiten haciendo el ridículo. Yo comprendo que es difícil entenderse con estas criaturas, pero las estupideces que tienen que aguantar desde tan pequeños no se las merecen.
Quizá sea inconsciencia, o quizá sea un impulso enfermizo que lleva a las personas a autolesionarse, pero el caso es que después de llevarles al colegio, a clases de inglés, judo, violín, ballet, jardinería, fontanería y papiroflexia con el único propósito de que nos dejen vivir y caigan rendidos en la cama por la noche, les contamos después historias de terror para que no descansen ni dejen descansar. Y no son de esas de inocentes veinteañeros que se van de fin de semana a hacer el capullo a una cabaña, muriendo uno a uno porque tienen que ir siempre solos a buscar algo al sótano que accidentalmente no tiene bombilla. Son de las buenas.
Lo que pasa es que no veo qué necesidad hay para inventarse una figura como la del hombre del saco, un señor que no sólo se dedica a raptar niños sino que los almacena en un saco como si fueran frutos secos. No entiendo. Luego está aquello de que como no te duermas vendrá el coco y te comerá. El coco. No creo que le debas decir a un niño, inocente como es, que las personas puedan servir como alimento. Pero que además te vaya a comer un ente con nombre de fruta ya desconcierta a cualquiera. Me imagino un coco partido por la mitad como los canadienes de South Park merendando niños. Flipante.
Pero la figura que más me gusta es el rantoncito Pérez. A poco que el chaval reflexione, le reconfortará pensar que en mitad de la noche va a venir un rata a levantarle la oreja de la almohada para llevarse el diente que se le ha caído, aunque le dejará una propinilla a cambio. ¿Por qué un ratón paga por dientes?¿Qué se supone que tengo que pensar que hace con ellos? Obviamente algún tipo de tráfico en el mercado negro, porque te paga por ellos. Aunque en realidad podría llevárselos gratis si quisiera. Quizá es un ser bondadoso que en su morada compone castillos con mis incisivos y caninos. O quizá pueda venir en el futuro con unos alicates a llevarse mis dientes, que ya no son de leche. No le basta al niño con el gordo perturbado que se tira por la chimenea en Navidad, además hay que inventarse un ratón recaudadientes con síntomas de síndrome de Diógenes.
Igual para que se durmieran sería más fácil ponerles la radio.

jueves, 19 de marzo de 2009

Pokero común: suicídate

Estaba viendo el Saber y Ganar como todos los días y ha salido una pregunta acerca de un bicho al que llaman "pez luna", cuyo nombre científico es "mola mola" porque se ve que a Linneo se le había acabado la imaginación y ya nombraba los animales con los desvaríos que le surgían.
¿Qué tiene que ver este ser en todo esto? Pues es muy sencillo, porque resulta que puede llegar a pesar tonelada y media y su cerebro no sobrepasa los cuatro gramos. Y luego la mala fama se la ha quedado el pez bobo. Así que el "mola mola" se ha colocado directamente en el segundo puesto de los infraseres más subnormales de la evolución, justo por detrás del "pokero común".
La diferencia más importante entre los dos es que el "pez luna", ignorante de todo, utiliza su cerebro para descubrir lo inútil de su propia existencia. La corpulencia es lo que le hace sobrevivir, pero no hace nada para atacar a sus presas, sólo mastica lo que se le mete en la boca y no tiene ningún mecanismo de defensa; ni siquiera intenta huir cuando le atacan.
El pokero común, por el contrario, tiene en mucha estima su vida y la de sus semejantes y considera que debe luchar por ella aun cuando nadie, salvo él mismo a 250 por hora sin cinturón, la ponga en peligro. La naturaleza, por suerte, se sirve de un mecanismo autorregulador, tan fascista como efectivo, gracias al cual los más débiles, que en este caso son los más subnormales, se extinguen impidiendo toda descendencia. Pero, por desgracia, en zonas como en la que yo me encuentro muy a mi pesar, el pokero se reproduce por esporas, poniendo en peligro las reservas de colgantes de oro, cabezas de Cristo y agua oxigenada (para las mechas). La suerte ha querido, sin embargo, que muchos mueran de inanición, al emplear todos sus recursos en el guapísimo alerón del coche y los tatuajes de Camarón. Aparte del pantalón del chandal, los reconoceréis por un peinado a modo de corona, un casco alrededor del codo cuando va en su moto y expresiones típicas como "¡chacho, chacho!", "damun cigarro", o "ándate al loro conmigo".
Últimamente se da la circunstancia de que una subespecie del pokero común, el jicho salmantino, se dedica a tocarme las pelotas adelantándome a 120 por hora a 50 metros de un semáforo en rojo y ponerse en el medio cuando voy tranquilamente por el carril bici, teniendo que apartarme para no acabar con su miserable existencia de una leche que bien merece. Por eso, y como los procesos de la naturaleza son demasiado lentos, quiero pedirte desde aquí pokero, si te llega la inteligencia para meterte un destornillador entre ceja y ceja, suicídate que será lo mejor para todos.
El del vídeo también es un poco monger, pero enseña verdades como puños.



Mi consejo de hoy: nunca adelantes un coche amarillo porque lleva siempre un pokero al volante y volverá a por ti para devolverte el adelantamiento. Además, el muy bujarra lleva también un bate en el maletero por si tiene que pararse a hacer el gallito delante de los infraseres de sus amigos y su novia, que preferentemente se llamará Jenny o Vane.

sábado, 14 de marzo de 2009

Enfermos mentales: El virrey de Sicilia

¿Qué siginifica este título? Se estará preguntando alguno o alguna. Pues eso quiero saber yo también.
Para mí, dentro de una infinita variedad de bastardos e infraseres que componen nuestra involucionada especie, hay una tipología de colgaos muy sencilla: los hijos de perra de toda la vida, que son conscientes de su propia patraña y sólo buscan timar a hipo-infra-seres, que en consecuencia han de ser más retrasados que ellos; y la clase de los Carlos-Jesuses, tan colgado que obviamente están profndamente convencidos de su propia mierda. Los de esta categoría, quieras que no, inspiran un sentimiento intermedio entre el cariño y la grima (que podemos llamr grimiño).
Aquí hemos de encuadrar al sublime virrey de Sicilia. Perdón, al heredero legítimo del V virrey de Sicilia, que como podéis comprobar se gasta la furgo más guapa de toda Salamanca. Pero, ¿Hay en Salamanca algo más que catetos, señoras con abrigos de piel y Richards con moto, cadenas de oro y mechas teñidas con agua oxígenada? Pues sí, también hay enfermos mentales como éste que por lo menos te arrancan una sonrisa al pasar por su vehículo-chalet-esperpento con ruedas.


Atención porque para llamar un poco la atención sobre su vital mensaje, previamente ha robado las banderitas de las fiestas de los pueblos con las banderas de cien países cuyo sentido nunca alcancé a comprender.
Me he molestado en buscar lo que quizá este personaje no conozca. No sé muy bien cómo ha trazado este señor su árbol genealógico, pero resulta que hubo 58 virreyes españoles de Sicilia, y el quinto en concreto fue Juan de Vega (1547-1557). Pero yo le creo y apoyo su causa. Si en pleno siglo XXI la monarquía es hereditaria, ¿por qué van a ser diferentes los virreyes, figuras indispensables para los gobiernos de las regiones conquistadas? Yo estoy contigo, y por eso quiero hacerte esta publicidad e incluir tu magnífico manifiesto. Mereces todo lo que pides, todos sabemos que te robaron más que a Ruiz Mateos, y que la Nasa está metida de lleno en este asunto. Ánimo, legítimo virrey:

"Legados estos poderes por mis antepasados universal e internacional único planeta que se me devuelva toda la herencia de un valor incalculable. Reclamo lo mío a:
El Vaticano, Opus Dei que no dan la cara por los intereses creados, ocasionándome muchos daños morales, a la NASA, la ONU, gobiernos, la CIA, la UNESCO, Organismo de Cultura, el mayor responsable de destrucción de archivos históricos manipulados por el Opus Dei como el de Simancas, a empresas multinacionales financiadas con la herencia que me pertenece por ley. En centroamérica, los galeones con todo u cargamento de oro, están escondidos, protegidos y olvidados por ciertas organizaciones y estamentos que todos sabemos y tenemos en mente como multinacionales y organismos oficiales, religiones, etc, etc".

¡Larga vida al virrey!

miércoles, 11 de marzo de 2009

Modestia aparte

Pues no, os vais a quedar con las ganas de una entrada sobre este extraordinario grupo; y digo extraordinario porque desde luego normal no es (aunque quizá sea sólo ordinario). En mi república imaginaria donde soy un déspota sin miramientos, algunos sonidos están penados con cárcel. Pero ese no es el tema.
Estoy practicando el insalubre deporte de ver la tele:
-¿Qué te hace ser tan especial?
-Lo importante siempre es ser tú mismo.
Una de mis frases favoritas junto con "lo que más odio es la mentira" y "soy muy amigo de mis amigos", topicazos del calibre de los que les caen de la boca a futbolistas y entrenadores. Pero me pregunto: ¿hay manera de no ser tú mismo? ¿Se puede ser otro? ¿o se puede ser tú sin ser el mismo? Pues esto lo dice un tío con maquillaje, cuarto y mitad de kilo de gomina y una sonrisa de capullo que quizá sí se corresponda con su carácter. Y es que este personaje se refiere sin duda a mostrarte tal como eres (lo cual muy pocas veces te conduce al éxito). Para eso, es cierto, primero tendrías que saber cñomo eres, que no siempre es fácil porque tú siempre te ves desde dentro, pero por lo menos has de tener una opinión sobre ti mismo. Generalmente, la apariencia sirve precisamente para intentar que los demás piensen que somos más o mejor de lo que realmente somos. Yo, que encuentro cierta satisfacción en el desprecio ajeno, intento parecer menos, para que después nadie se decepcione. Pero no se trata de apariencia sino de palabras. Aquí quizá debería haber dicho: intento parecer menos, lo cual es complicado.
Explicación: me presento como una mierda para que alguien diga: no seas modesto hombre, que tampoco das tanto asco. Este fenómeno tan habitual es lo que llamamos modestia. Y es que generalmente se piensa que está bien pasarse al polo opuesto y hablar de ti mismo justo al revés de como lo hace Fernando Alonso, es decir, insultándote y despreciándote ante los demás para conseguir su respaldo. Pero es que el prepotente, al menos, es sincero, porque no sólo cree ser el puto amo sino que además no lo oculta y busca la aprobación de los que se hacen llamar sus semejante y en realidad no le llegan ni a la suela de los zapatos. Pero igual que la envidia siempre es cerda y cochina, por más que nos empeñemos en el invento de la envidia sana, la modestia es siempre falsa, y lejos de ser una virtud es una patraña de quien se presenta peor que como realmente piensa que es. ¿Cuál es la solución? Pues probablemente no la hay, porque si pregonas que eres bueno en algo, da igual que sea verdad o mentira, vas a dar un poco de tirria, aunque un poco más si es verdad, porque a la gente le gusta decir que es inferior, pero no le gusta que se lo digan los demás. Así que supongo que la modestia es la mentira que busca agradar a los otros por medio del desprecio de uno mismo, lo cual me parece incluso más patético que intentar parecer más de lo que se es.
Fijaos bien, porque cuando alguien pronuncia eso de "modestia aparte", es cuando verdaderamente dice lo que piensa de sí mismo o sus actos, aunque se sirve de esa expresión para que se vea que, por una vez, va a escapar de ese aura de lamento, empobrecimiento y basura con la que siempre recubre su propia persona.
En conclusión, éste es mi consejo de hoy: luchad por ser cada día más prepotentes, por convenceros a vosotros mismos de que sois los mejores aunque sea mentira, porque las mentiras son para los demás y la verdad es lo que uno piensa. Y no hay más. Las mentiras hacen llorar al niño Jesús, así que por lo menos créete tus propias patrañas.