domingo, 10 de mayo de 2009

Agujeros y horizontes

De pequeño, de entre las múltiples tonterías que decíamos, había un especie de acertijo: ¿Qué cosa es, que cuanto más le quitas más grande es? Te quedabas pensando, porque no tenía sentido. Y te decían, un agujero. Y pensabas, es verdad, qué gracia. Pero era mentira, porque al agujero no puedes quitarle nada, porque el agujero no es. Es, pero es un no ser, una ausencia. En consecuencia, no podías quitarle nada a él mismo, sino a aquello que lo rodeaba, haciendo así más grande la ausencia. Pero es una ausencia que parece estar presente, es algo que está sin estar.
Y ya cuando el agujero es negro la ausencia se concentra básicamente en mi cerebro, porque las palabras rebotan en él sin que pueda asimilar nada. Pero yo me pregunto si este nombre está bien puesto, porque un agujero negro es, y es más que cualquier otra cosa. Es una concentración de masa tan brutal que posee una fuerza gravitatoria capaz de engullir galaxias enteras. Vamos, que es todo menos un agujero, es una presencia a la que nada se le resiste. Lo que tiene en común con el agujero es que su presencia se define por sus límites. Según leo, el horizonte de sucesos separa el agujero negro del resto del universo, y es la superficie límite del espacio a partir de la cual ninguna partícula puede escapar, incluida la luz. Así que un agujero no será, pero negro es seguro.
Pero no lo llamemos horizonte, llamémoslo límite o frontera, porque el horizonte también es algo que no es, pero no por ausencia sino por apariencia. El diccionario define horizonte como límite visual de la superficie terrestre, donde parecen juntarse cielo y tierra. Es decir, que lo que llamamos horizonte es una apariencia, un efecto óptico al que daríamos crédito si siguiéramos eso tan sobrevalorado que llamamos sentido común y que, como todo lo común, suele ser útil, pero bastante estúpido. Sin embargo, también como casi siempre, la apariencia es más placentera que la realidad, sobre todo cuando el sol parece parece pasar del cielo a la tierra o al mar, que lo engulle cual agujero negro sumiéndonos en la oscuridad.

6 comentarios:

Inma Cañete dijo...

Unas imágenes fascinantes para acomnpañar un texto genial.
Lo que es y no es, las apariencias, las ausencias, la belleza... dan para pensar en esta tarde perezosa de domingo.

La estatua del jardín botánico dijo...

¿Te acuerdas del documental sobre los agujeros negros? No entendía absolutamente nada. La Física teórica (y la que no es teórica, también) es lo más difícil del mundo. ¡Qué curioso! Ayer estuve leyendo una entrevista de Punset con un físico. ¿Sabías que hay materia oscura, cuerdas y, probablemente, más dimensiones que las tres espaciales y la temporal? En mi cabeza no entra todo esto. Soy incapaz de comprenderlo.

Mary Lovecraft dijo...

Qué bonita entrada, la he flipado de pricipio a fin :D

(aunque a la altura del 'horizonte de sucesos' me he empezado a perder un poco, que como Estatua, hay cosillas que no se me van de las manos, la mente y de mí misma)

un beso, que tengas muy feliz inicio de semana!

Anónimo dijo...

Aiggnnn. La física es una de mis muchas pasiones. Y los agujeros negros uno de los conceptos más emocionantes :)

MATANUSKA dijo...

genial entrada, un agujero negro no es mas que un absorvedor de materia, chupa y absorve materia, haya uno en el centro de la galaxia , casi todas las galaxias tienen un agujero negro masivo o supermasivo, tengo varias entradas referentes al tema.

besoss

Logan y Lory dijo...

Desconocemos mucho del universo de que formamos esa minúscula partícula y la verdad todas estas cosas son muy interesantes.

Tanto las fotos como el texto, nos han gustado muchísimo.Hemos aprendido.

Un abrazo.