Yo que soy un consumidor compulsivo de deporte por televisión, no puedo por menos que escribir hoy un poquito sobre ese maravilloso deporte que es el tenis. En mi espíritu solidario, colectivo y de trabajo en equipo, bendigo a aquel que inventó los deportes individules, en los que la gloria y la miseria son para uno solo, en los que no tienes que agradecerle nada a nadie, ni echarle la culpa, ni puedes aprovecharte de las virtudes de otro. Además, siempre está bien, como me han sugerido por aquí, hacerle un hueco a algún deporte aparte del fútbol. Aunque yo me debo al snooker; el único problema es que no tengo claro que sea un deporte.
La verdad es que es demasiado fácil sumarse a la victoria de otro y dedicarle precisamente hoy unas palabras a Rafa Nadal, así que no voy a extenderme mucho con él, porque prefiero brindarle la entrada al perdedor, si es que se puede llamar así a Roger Federer. A pesar de ello, quiero expresar también mi admiración por Nadal, que es capaz de sorprenderme cada vez que le veo jugar, bastante a menudo, por cierto. Me pareció impresionante el primer año que alcanzó la final de Wimbledon y estaba convencido de que no volvería a repetirlo. El año pasado lo hizo aún mejor y estuvo a punto de dar el sorpresón. Este año ya tenía más claro que se la jugaría con el amigo Roger, y ha mejorado tanto que se le veía con opciones serias. Reconozco que me sulfuró un poco cuando perdió un punto de partido con su saque en el cuarto set, por su obsesión de jugar el 90% de las bolas al revés de Federer. Pero al final, como físicamente es una bestia parda y tiene más pelotas que nadie, lo consiguió. Supongo que ya está bastane claro que es el mejor tenista español que ha habido, y creo que el mejor de la historia en tierra batida.
Pero, como digo, merece unas palabras Roger Federer, que, aparte de ser el mayor talento que ha parido madre (con permiso de Ronnie O'Sullivan), me parece, por encima de todo, un señor. Comentaba viendo el partido que me parece increíble que él y Nadal se lleven bien. Yo, si estuviera en su lugar, odiaría al otro con todo mi ser y le partiría la raqueta en la cabeza a la menor oportunidad. Pero Nadal es un tío decente y Roger es el mejor deportista que he visto nunca, en todos los sentidos de la palabra. No voy a decir nada de su saque, ni de la derechas más brutal que ha habido en el tenis (y es que el miedo de Nadal tiene su porqué), ni de su revés a una mano, ni de lo que más me gusta, que son las voleas más exquisitas que he visto en mi vida. Todo eso es evidente, es un mago. Y yo no he visto a Borg ni a Santana, ni a los que jugaban con pantalón largo y raquetas de 6kg, pero no me hace falta, él es el mejor y punto. No sé si alguien recuerda o ha visto algún reportaje de los inicios de Federer; tenía cierta mala uva, gritaba, tiraba raquetas al suelo y esas cosas que hace la gente con sangre en las venas. Pero un día se levantó y se dio cuenta de que para ser el mejor tenía que comportarse como tal. Así que se transformó en un maestro Zen, que no gesticula jamás y a veces termina el partido sin empezar a sudar. Cierto que ayer, cuando acababa el partido, pidió al árbitro que le dijera algo a Rafa, presa de la desesperación al ver que iba a perder en su terreno. Aunque también hay que decir que lo de Nadal es para mosquearse: bota la pelota, sácate el gallumbo, sécate la cara, vuelve a botar....
Pero, a pesar de estas cosillas, fruto de la tensión de la alta competición, me parece que el señor Roger es un ejemplo en todos los sentidos, acostumbrados como estamos a ver a señores que se tiran a la piscina y a tramposos de todos los modelos y colores. Me impresionó la sonrisa y hasta las bromillas que hacía con el público después de haber perdido un partido tan importante, junto con la oportunidad de batir muchos records, que sin duda habría logrado superar con creces de no ser por Nadal. Y cuando lo lógico sería un pique del tipo Lorenzo-Pedrosa, se aplauden; y Federer es capaz de aplaudir a quien le está haciendo la vida imposible, a quien le ha ganado ya doce veces y amenaza con quitarle el puesto. Pero para mí es el mejor de la historia, primero, obviamente, por su tenis, pero también porque da una lección cada vez que pierde un partido, aun ieniendo motivos suficientes para ser un soberbio y un baboso, como muchos otros. Pero un señor tan elegante en la pista, que consigue que el tenis parezca un deporte tan sencillo, no podía estropearlo con chulerías ni faltas de respeto. Está claro que hay que ser competitivo, pero el señor Roger nos ha demostrado que se puede ser así con elegancia. Con la tensión del momento, ayer hasta le insulté: yo sí soy un rastrero y por eso le admiro tanto.
Acabo con esta foto, porque me parece genial ver sus sonrisas sin saber ni siquiera quién ganó. ¡Y qué más da!
Señoras y Señores. Antropomorfísmo
Hace 12 horas
6 comentarios:
¿ Dudas si el snooker es un deporte ??
No creía que caerías tan bajo ;)
Un abrazo
todo un señor el rogelio!
y todo un señor Nadal! eso es deporte, y lo demás, tonterías.
pasarlo bien en tierras valencianas
fue una maravilla la verdad, dos titantes, los mejores (aunque ver a borg daba mucho gusto también eh? con ese revés a dos manos tan peculiar que tenía). impresionante la templanza de roger, porque es verdad que se necesitan nervios de acero para no salirse de todas las casillas jugando con nadal. en total, unos maestros absolutos los dos.
Hay que estar muy bien educado para que no se tuerza el gesto en ningún momento y encima sonrías a tu contrincante.
Y también ser "deportista" y admirar a tu enemigo, precisamente por vencerte.
Saludos!
Esa sí que es una buena foto, sí señor. Desde luego observar al ganador da alegría,pero observar al perdedor (aunque no por ello el peor)como tú lo has hecho, puede enseñar alguna que otra lección de humildad y elegancia.
A mi lo dos me parecen unas auténticas máquinas.
Estoy de acuerdo contigo, Federer es la elegancia y Nadal la máquina, los dos nos hicieron pasarlo bien la tarde larga del domingo. Yo creo que se admiran mutuamente y el nº1 mundial sigue siendo Federer, aunque como este chico siga así, no sé, no sé...
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