El otro día escuché en un reportaje que, tras el Big Bang, se crearon el espacio y el tiempo y que el universo todavía está en fase de expansión. Unos dicen que en algún momento empezará a contraerse y otros que se seguirá expandiendo hasta que quede vacío y desparezca la materia. Me gustaría saber mucho más de este tema, pero por desgracia mi conocimiento del continuo espacio-tiempo y de la teoría de la relatividad es escaso, por no decir nulo. Yo es que soy más de letras y de teoría. Yo me quedé en otro nivel, en aquello de que el tiempo es la medida del movimiento, que espacio y tiempo son las formas a priori de la sensibilidad y cosas por el estilo. Una vez tuve que hacer un trabajo sobre San Agustín y elegí el tema del tiempo, que me parecía interesante. ¿Qué es el tiempo?, se preguntaba: si no me lo preguntan, lo sé; pero si quiero explicárselo a quien me lo pregunte, no lo sé. Como no había diccionarios de la RAE, pues no sabía que es la duración de las cosas sujetas a mudanza (como si hubiera cosas que no lo están) o la magnitud física que permite ordenar la secuencia de los sucesos. Que tampoco es decir mucho. Porque en realidad parece que el tiempo no es, que consiste en un constante dejar de ser. Así que concluyó que el tiempo es un distensión del alma, un transcurrir del futuro al pasado a través del presente.
Y si es difícil saber lo que es el tiempo, más problemas le creaba todavía imaginar la eternidad. Decía que alguien le preguntó una vez qué hacía Dios antes de crear el mundo. Y tenía dos respuestas, una en serio y otra en broma. La primera decía que, si con el mundo se creó el tiempo, no había un antes, y la voluntad de Dios es la misma desde la eternidad, porque en ella el ahora y el siempre son la misma cosa. La segunda decía que lo que hacía era pensar un castigo para los que se hacían preguntas como esa. Así que a mí me debe estar preparando algo ahora. O lo tendrá ya pensado desde siempre. Ahora entiendo muchas cosas...
¿A qué viene todo esto? Pues a que me encuentro un poco espeso como persona y a que estaba pensando en varias expresiones que me llaman mucho la atención. Ya sé que todos entendemos lo que quieren decir, pero no por eso dejan de ser extrañas.
Perder tiempo: esto consiste básicamente en no hacer nada, porque el tiempo tiene la cualidad de perderse solo.
Ganar tiempo: esto debería ser lo contrario, pero el tiempo no se gana, sólo se pierede un poco menos, pero siempre se pierde.
Matar el tiempo: esta sí que es grande. Más bien te matará él a ti, que además tiene muy mala idea. En realidad significa algo así como entretenerse cuando no tienes nada que hacer, pero lo de pasatiempos queda más elegente. Aunque ahora es poco más o menos que un crucigrama. Pero fijaros en la mala leche que tiene que va deprisa cuando te lo pasas bien y se para cunado te aburres. Por eso dan ganas de matarlo.
Pero mis favoritas son dos. Una es "espacio de tiempo", ante la cual no sé muy bien qué pensar. De toda la vida se ha dicho período, pero no espacio, aunque como Einstein dijo que formaban un continuo, que se curva por efecto de la gravedad de la materia, igual hasta es más correcto. Lo que no me entra en la cabeza es un expresión que quiere decir que no podrías hacer algo aunque empleases todo tu tiempo: "no tengo tiempo material" ¡Por Dios bendito! ¿Cómo quieres tenerlo? Yo tampoco tengo círculos cuadrados y no me quejo tanto. No sé qué es el tiempo, pero materia desde luego no puede ser. Parece ser que el espacio es el receptáculo de la materia y el tiempo el de los acontecimientos, y que los muñecos que estamos dentro de esta caja o de esta red, influimos en ella. En fin, que después de tanto darle vueltas, a mí la idea que más me gusta es la primera de todas: "Las cosas existentes perecen en aquellas de las que se han generado, según la necesidad; pues se pagan mutuamente pena y retribución por su injusticia, según el ordenamiento del tiempo". Pues eso, que a ver si llega ya el buen tiempo.
viernes, 30 de mayo de 2008
Espacio de tiempo
lunes, 26 de mayo de 2008
La Musa Gala
Los antiguos se servían muy a menudo de la palabra música, cosa que sorprende muchas veces al lector no habituado a la terminología. Pero la cosa es tan simple como que la música es el arte de las Musas, el inspirado por ellas. Por eso abarcaba un ámbito de actividades tan amplio. Y es que, cuando alguien sobresalía por algún tipo de habilidad, en lo que hoy llamaríamos el mundo de las artes y las letras, se tendía a atribuir el logro a las divinidades, que para eso tenían tantas. No como ahora, que con un solo Dios es más aburrido: todo lo hizo él y todo es gracias a él... Para ser omnipotente es un poco egoísta, lo del trabajo en equipo no lo lleva bien. Pero claro, hay que ponerse en su lugar, porque dirá: "para que venga otro y lo haga peor, pues ya lo hago yo". Y como algunos ángeles son un poco rebeldes, pues mejor dejarlos tranquilos.
Bueno, que me desvío. El tema es que las Musas son hijas de Zeus (que es otro que debe de ser del Opus porque más hijos no se pueden tener) y de Mnemosyne, la memoria. De ahí que puedan recordarlo todo y ofrecer a sus inspirados unos conocimientos inaccesibles al común de los mortales. Son nueve, y cada una está especializada en algún arte en concreto. Pero mira tú por donde no hay ninguna musa de la pintura, porque como los griegos pintaban en vasijas y esas cosas, tampoco le daban mucha importancia. Sí que había pintores famosos, pero se considraba un arte menor en comparación con la arquitectura, la escultura, la poesía y la música en sentido restringido. Quizá por eso Dalí tuvo que buscar su inspiración en algo más terrenal que, aunque no pudiera recordarle las hazañas del pasado ni las mil naves que viajaron a Troya, por lo menos le serviría de modelo. Y ya que estaban, se casó con ella y así la tenía siempre a mano.
Y esa musa se llamaba Gala, aunque su verdadero nombre era Elena Dimitrovna Diakonova, o algo así. Antigua esposa de Paul Éluard, y por lo tanto unida de antemano al surrealismo, conoció a Dalí en 1929 y se casó con él tres años después. Algo que me llama la atención, no es para menos, es el hecho de que el pintor le compró un castillo en Púbol, donde ella recibía a sus múltiples amantes, por supuesto con consentimiento. Él siempre habló de ella, como su salvación, su gran amor, puesto que sin su ayuda bien podría haber pasado por un simple loco. Por eso, más que su musa e inspiración (que también), Gala supuso para Dalí el impulso para seguir viviendo y creando. Le atribuía a su compañía todo su éxito y su rostro y su cuerpo están presentes en muchísimas obras. Especial predilección parecía sentir por su torso y su espalda, que aparecen casi tanto como su rostro. Éste, a su vez, fue utilizado para dar vida a muchos otros personajes, entre ellos, varias veces, algunas vírgenes, como la de Port Lligat. Así que, como los griegos, divinizó el objeto de su deseo y su inspiración, pues seguro que pensaba que ese objeto y todo lo que le inspiraba, no eran propios de un ser humano.
Te se llena la boca
Voy a publicar esto primero para que aparezca más abajo. Y lo pongo en una entrada aparte porque la otra queda mejor con las fotos y sin la parida siguiente. Yo no sé qué le viene a la mente a la gente cuando escucha la palabra Gala, probablemente nada. Unos pensarán en éste, y otros añadirán la coletilla, "Murcia que hermosa eres" o algo por el estilo. Y un poco por esa línea, a mí me sugiere inevitablemente este vídeo
miércoles, 21 de mayo de 2008
Los magos del balón
Tantos millones de años de evolución del cerebro para malgastarlos con estos pensamientos... ¡Qué le vamos a hacer! Para mí ya es demasiado tarde. El caso es que hoy la reflexión profunda que ofrezco al mundo tiene que ver con una serie que casi todos conocerán y cuyo título es "Campeones" pero que todos llamábamos Oliver y Benji. Supongo que yo no era el único que se pasaba las tardes delante del televisor flipando con unos dibujos que violaban todas las reglas imaginables de la física. Entiendo que la serie no tenía el afán didáctico de Barrio Sésamo, pero algunas cosas no tenían razón de ser. Desde luego, los conceptos de espacio y tiempo no estaban muy bien definidos. Es verdad que esto es muy propio de los dibujos japoneses, pero por lo menos en Caballeros del Zodíaco nos ponían en una situación de flipada absoluta en la que todo podía valer (obviaremos el caso de Chicho terremoto, donde un niño enano y amorfo cuya cabeza era más grande que el balón, hacía mates inspirado por la visión de unas bragas). Vivo al lado de un campo de fútbol en el que diariamente juegan niños de doce años como los de la serie, pero por lo que he podido observar se parece bastante poco. A veces me asomo a verles, pero todavía no me han sorprendido con saltos de seis metros, ni partidos de dos semanas, y el tema del tiro del tigre y todo esto de meter un gol de portería a portería todavía lo están practicando, porque hay algunos que aún están intentando levantar el balón del suelo.
Algo también muy propio de los japoneses es pintar caras con ojos redondos de 25cm de diámetro, además de introducir repentinas paradas en el continuo espacio-tiempo para ofrecernos los fascinantes pensamientos de sus personajes, todo ello sobre un fondo formado por exubernates líneas y colores, porque el azul del cielo está muy visto ya, y para dibujar una montaña y pasar por ella mil veces como en los Fruitis, pues mejor echarle imaginación. Pero también tenía sus particularidades: balones que cambiaban de dirección sin motivo aparente, que adquirían todas las formas geométricas posibles y un largo etc. Pero había dos cosas que me llamaban poderosamente la atención: la primera consistía en que nunca entendí por qué los chavales iban al colegio y eran unos mindundis a los que ni sus propios padres les hacían caso, cuando llenaban estadios de medio millón de personas, y ponían sus partidos en la tele.
Y desconozco los detalles de la versión original pero, ¿en qué momento la selección japonesa puede estar compuesta por Benjamin Price, Oliver Aton, Mark Lenders, Bruce Harper, Ed Warner, Danny Mellow y, por supuesto, los gemelos Derrick? Siendo japoneses, me sorprende que no estuvieran también Michael Johnson y John Smith. Espero que en Japón tuvieran sus propios nombres, pero aún así no entiendo por qué no estaban los Yokohama o Kawasaki de toda la vida.
Para acabar, otra reflexión. Siempre nos quejamos de que a las mujeres les gustan más los chulitos y cabroncetes que los que son buena gente. Pero yo recuerdo que cuando salíamos a jugar al fútbol después de ver a Campeones, nos remangámos porque todos queríamos ser Mark Lenders. Oliver y Benji eran un poco apestosos.
lunes, 19 de mayo de 2008
Enfermos mentales: Salvador Dalí
Yo no entiendo mucho de arte. Entiendo, como todo el mundo, de lo que me gusta y lo que no. Y como no pretendo aquí resolver el eterno enigma de qué es arte y qué no lo es, voy a hablar de mi enfermo mental favorito, que es Dalí. Es una personalidad que me admira más que ninguna otra. Y tenemos la suerte de conservar, aparte de toda su obra, muchísimos documentos visuales o escritos que nos permiten conocerle. Puede que Miguel Ángel o Van Gogh tuvieran una personalidad tan fascinante como la de este hombre (yo particularmente estoy convencido de que no), pero por desgracia no hay manera de comprobarlo. No tengo intención de discutir nada con nadie, ya que habrá quien no quiera colocarlo a la altura de otros maestros del arte, o quien crea que Picasso era mejor pintor que él. Yo no, y repito que me baso simplemente en una cuestión de gusto. Simplemente pretendo expresar mi profunda admiración por un ser humano que me parece tan fascinante como perturbado. De hecho, su aparente estado de locura permanente es una de las cosas que más curiosidad me despierta. En realidad, todo en él me llama la atención desde su bigote y su forma de hablar hasta esa mirada perdida o concentrada en alguna àrte del universo que el resto de seres humanos desconocemos.
Hice una entrada a propósito de los genios, a modo de presentación, y muchas cosas las escribía pensando en él. Y una cosa muy curiosa, que le pasa a todos los genios, es que son perfectamente consciente de ello, y generalmente no tienen reparo en reconocerlo (caso aparte es el de los que se creen genios sin serlo, pero eso ahora da igual). Y el caso de Dalí no es diferente. A mí la modestia nunca me ha parecido una virtud, algún día escribiré algo sobre el tema; y los genios no son modestos. Al contrario, se admiran a sí mismos porque son conscientes de su superioridad artística o intelectual. En algunos casos, como éste, la inteligencia y la imaginación son tan desbordantes que rozan la locura. O incluso van más allá de ella.
En relación con lo que escribí en aquel post, en torno a la inspiración de los genios, cuando escucho hablar a Dalí me parece que se encuentra en un estado de posesión divina interminable. Es como un extatismo, que se dice, como un estar fuera de sí, o alguien o algo dentro de él, que a los efectos es lo mismo. Es como un extraterrestre o un hombre del futuro, como una mente capaz de una visión y una penetración que, desde luego, es diferente y superior a la mía. Por eso me parece un auténtico enfermo, porque creo que hay algo en su mente que no está bien, y eso es lo que le convierte en lo que es.
De todas formas, es destacable la inteligencia de este señor. Siempre se destaca la imaginación y la intuición, pero la capacidad y la preparación son también imprescindible. Ya digo que yo entiendo poco del asunto, pero el conocimeinto que Dalí tenía de Velázquez y de Rafael parece difícilmente superable. Y también su interés por la ciencia y los nuevos métodos, por la aplicación de la matemática y la geometría, que obviamente resultan fundamentales para un pintor. Aunque, por supuesto, la imaginación de este personaje es, por lo menos, sorprendente. ¿Qué es la imaginación? Bonita pregunta. Pues me voy a aventurar a ofrecer una definición: debe ser una capacidad de trabajar con imágenes, claro está, pero con imágenes mentales, y que permite mezclarlas, con ayuda de la memoria, para generar algo nuevo, para ser creativo. Creo que con la imaginación no se inventa, o que no inventa sus materias primas, sólo las combina. Y en eso, dentro de mi pequeño espectro de conocimientos artísticos, creo que no ha habido nadie como él. Y probablemente resulta más imporate para un surrealista que para cualquier otro artista, especialmente si entiende el arte como imitación. Aunque, como él decía, lo suyo no era el surrealismo sino el hiperrealismo metafísico.
Termino ya, porque ahora que me he puesto a escribir he decidido dedicarle otra entrada otro día, para así introducir más imágenes y vídeos y hablar también de Gala.
Me he tomado la molestia de seleccionar las cien obras que más me gustan, así que las pondré en la barra lateral. Por supuesto, recomiendo que se le eche un vistazo. Y un par de vídeos, el primero es un fragmento de una entrevista que se puede ver completa. Me encanta porque su voz y sus palabras me resultan hipnóticas y poque además me encanta escucharle decir ácido desoxirribonucleico. Y el segundo (está en inglés, espero que se etiendan medianamente bien las preguntas) es una tontería de un concurso que he encontrado por casualidad, pero es que me resulta increíble lo que es capaz de suscitar en la gente con un simple sí o no.
En fin, copiando al genio de la lámpara, resumo todo esto con aquella frase de: "no hay un genio tan genial".
jueves, 15 de mayo de 2008
Preguntas con respuesta
Hoy vuelvo a ponerme serio. Y lo hago porque vuelvo a tratar temas importantes y a comentar alguna respuesta que se me ha sugerido para los interrogantes que propuse hace ya algún tiempo. En cierto modo, estoy bastante compungido porque hay muchas cosas que siguen sin resolver. Sobre la relación entre la lluvia y el mal cantar nadie me ha dicho nada convincente. Sí, ya sé que algunas tribus cantaban para que lloviera, pero también danzaban y mataban cabras, y no creo que el jefe de la tribu dijera nunca: "venga, canta tú que eres un paquete y así llueve seguro". Sigo sin entender por qué se dice una chorrada tan acojonante como esta, sigo sin ver la relación entre las cuerdas vocales y las nubes.
El tema de la pasta de dientes sí parece tener una explicación lógica, porque por lo visto sí que tiene dos compartimentos diferentes, aunque no sé muy bien cómo se conseguirá ese efecto tan flipante, y menos aún qué finalidad tiene. En cualquier caso, tendré que diseccionar un tubo.
Más me gustaría diseccionar a don Pimpón, e incluso a Santa Claus, pero no va a poder ser. A propósito de éste mi señora madre me dio alguna información. Yo sabía que tenía algo que ver con San Nicolás; lo que desconocía era que su bonito traje rojo fue una idea de Coca-cola, y que el tal Santa salía en sus anuncios. Mi madre, además, me sugirió que lo de Santa Claus poía ser una mala pronuciación de algo, incluso de Saint Nicholas. Y si alguien que haya visto una película de Humpfrey Bogart en versión original, sabrá que es perfectamente posible. Pero no, es una mala pronunciación, pero de Sinterklaas, patrono de los holandeses. En realidad, nunca me ha caído muy bien este regordete, pero cuanta más información encuentro más me apesta. Parece que el rollo de los regalos surge porque San Nicolás, viendo que un hombre de su pueblo no podía casar a sus hijas, porque así funcionaba la cosa, se coló por la ventana y les dejó oro en los calcetines que tenían secando en la chimenea, a ver si así las quería alguien. ¡Qué detalle! En fin, la Navidad y este señor estarán para mí siempre llenos de misterio: ¿cómo entra en las casas sin chimenea? ¿Tira una cuerda desde el tejado por el patio interior y se mete por la ventana? ¿por qué al salir de la chimenea no se convierte en el rey Baltasar por efecto del hollín? ¿el carbón que le lleva a los niños malos es el que le sobra de la mina donde esclaviza a los duendes de la Navidad?
Caso aparte es lo de don Pimpón. Indagando una tarde en páginas y blogs con Estatua, descubrimos que hay mucha gente que tiene la misma duda. Y lo peor del caso, aunque no hay una respuesta definitiva es que se supone que es un búho amazónico, como ya me había sugerido el amigo Matías. Me parece una parida gordísima. Me niego a creer que este engendrómetro sea un búho.
Mejor lo dejamos en que era un don Pimpón y la especie se extinguió con él.
jueves, 8 de mayo de 2008
Enfermos mentales: el genio
Se me ocurre que voy a empezar una sección porque quiero que este sea un lugar en el que tengan cabida todo tipo de perturbados. Y quiero empezar haciendo unas consideraciones generales sobre una especie muy particular de perturbados, que son los llamados genios. Cabría aquí incluir al ya mencionado O'Sullivan, que además recientemente ha ganado el campeonato del mundo (¡Eres el amo!). Pero hoy no lo dedicaré nadie en concreto, sino a algo que me parece muy curioso, el hecho de que haya seres profundamente enajenados con una creatividad fuera de lo común. Por otro lado están los perturbados sin genialidad, que también tienen su gracia.
Cuando escribo algo, tengo la sana costumbre de consultar el diccionario de la RAE, a ver qué me cuenta. y ¡viva la polisemia!, siempre encuentra uno cosas y dice: es verdad, también significa eso. Así que, ¿qué es exactamente el genio? Pues, en primer lugar, una persona con mucho genio es alguien con cierta mala leche. Y aquí ya se sobreentiende, porque lo del carácter me hace más gracia: Pepito tiene mucho carácter. ¡No majo!¡Nada de mucho! Lo que tiene es una mala hostia que no puede con ella. Tiene mal carácter, no mucho, que todos tenemos uno del mismo tamaño.
Luego está el ser fabuloso con figura humana que aparace en cuentos, y no puedo por menos que poner una fotillo de éste en el que casi todos pensamos. Y un genio también es una de las deidades menores; éste es mi favorito, porque muchas veces se traduce como genio el daimon de Sócrates, porque lo de demonio suena un poco fuerte. Estoy pensando que le dedicaré una entrada, profundamente perturbado como estaba, que oía la voz del genio que le decía, haz esto, no hagas lo otro. "Un colgao", vaya.
Pero el genio que tengo en mente es el que va por la rama artística generalmente, aunque no tiene por qué. Y el hecho curioso es que teniendo una capacidad tan portentosa para el arte o lo que sea que practiquen, lo más normal es que estén más "pallá" que "pacá". La pregunta entonces es: ¿qué hace a una persona genial? El tema se discutió bastante en los siglos XVIII y XIX. Y como a mí eso me parece muy moderno, pues me voy a lo antiguo, porque los señores griegos entendían que la creación poética y artística era cosa de inspiración, de que al individuo en cuestión se le nublaba la inteligencia y era capaz de hacer maravillas sin pensar. Pero claro, aquello tenía su sentido y ya la misma palabra lo dice, porque inspirar no es otra cosa que meter aire en los pulmones, pero un aire muy especial, el hálito divino que penetraba en el artista y lo poseía y guiaba. Y hay dos bonitas palabras por las que se puede traducir poseído o inspirado, que son entheós y enthousiasmós (de donde viene lógicamente entusiasmo, algún día aprenderé a escrbir aquí en griego), es decir, endiosado, entusiasmado, guiado por alguna divinidad. Y así, el artista es una especie de títere, un vehículo de la divinidad y de la Musas. Y como está poseído, pues se comporta un poco raro.
Y la teoría que también me gusta, la de mi otro amigo enfermo mental, a quien dedicaré en su momento unas bonitas palabras, viene a decir que el genio es un tipo extremadamente inteligente, pero que posee un tipo de inteligencia diferente. No es como el científico que conoce las relaciones entre objetos, que se mueve gracias al principio de causalidad, el espacio y el tiempo y todas esas cosas en las que no me puedo detener. No, el genio no considera relaciones, ni de las cosas entre sí ni con su voluntad particular, sino que las ve en su pura objetividad, ve las ideas platónicas que ejemplifican, lo que en ellas hay de inmutable. Conoce por intuición y no por abstracción, y es tan profunda su visión que se olvida de sí mismo, se queda absorto, tanto que ya "no importa si contempla la puesta de sol desde una mazmorra o desde un palacio". Y así, el pobre se olvida de sí mismo y de las cosas que le atañen y a los demás nos parece un demente que no cuida de sus asuntos tanto como debería. En fin, será eso o será un golpe que se dieron de pequeños, pero así son los genios.
sábado, 3 de mayo de 2008
Versiones y tributos
Una canción compuesta o tocada por primera vez es la versión original. Igual que las películas sin doblar. Pero cuando la toca otra persona o grupo distinto, se convierte simplemente en una versión,a secas, aunque más bien es algo así como una copia. Pero hasta que Ramoncín tome cartas en el asunto, no cobrarán dinero a nadie por hacer en privado sus pequeñas versiones caseras. Si se pretenden publicar ya es otro asunto, y si no que se lo digan a Skeletor (no he podido resistirme a poner un dibujito), que se sacó un pellizco con los derechos de las canciones de los Beatles; y, por lo que parece, se los vendió a Sony para costearse su juicio. Tendría abogados muy caros o mucha gente a quien sobornar. Mejor pasamos del tema.
Y será cuestión de adamiración, o de falta de originalidad, pero la cosa es que todos conocemos versiones de canciones de grupos que nos gustan. A mí, en particular, me parecen una auténtica basura la mayoría de las que conozco. Igual es que me gustan tanto la originales que no me parecen superables. A veces se intentan hacer muy muy parecidas, y luego están las otras, las que tienes que escuchar un par de minutos para reconocer qué canción es. Cuestión de gustos al fin y al cabo.
Y cuando no es una sola, sino unas cuantas, sea de un sólo intérprete o de varios, estamos ante un tributo, que tampoco parece la mejor palabra, porque a mí por lo menos me sugiere pagar dinero, cosa a la que no soy muy aficionado. Pero no, se hace por gutso y, si puede ser, con ánimo de lucro.
Todo esto me surge porque he encontrado por ahí un disco titulado "The string quartet tribute to the cure", que me ha parecido especialmente curioso dentro de este mundillo de las versiones. Efectivamente es lo que parece, un cuarteto de cuerda, suponemos que formado por dos violines, una viola y un violonchelo, que obviamente hace que las canciones suenen ligeramente diferentes de las originales. Pero, a su modo, también son originales. Y es que digo yo que, en cierto sentido, todo es original, no en el sentido de que origine algo (que no sé si es el sentido original de original), sino en el de que es lo que es, aunque imite otra cosa.
Trabalenguas aparte, tiene su gracia que alguien se dedique a estas cosas, probablemente debido a una mezcla de devoción y exceso de tiempo libre. Aquí dejo las dos que me han parecido más logradas. A quien no le gusten las de The cure, igual le parece que la versión supera al original. A veces pasa.