sábado, 10 de julio de 2010

Expectación

Recuerdo que hace dos años, justo antes de la final, puse las manos sobre el teclado para escribir. Como ahora, estaba expectante. Hace tiempo, cuando compraba discos, cuando era la única manera de sartisfacer la curiosidad y la ilusión, los ponía en una estantería, con su plástico protector y los contemplaba un par de días antes de escucharlos. Porque casi siempre se disfruta más de la expectación que de la realización de lo que uno espera, tantas veces decepcionante, tantas veces efímero y de lo que sólo se conserva un recuerdo en el futuro, susceptible de ser deformado indefinidamente. Porque lo importante no son los objetos ni los acontecimientos sino lo que uno siente ante ellos. Y por eso siempre quise prolongar la espera cuanto fuese posible.
Y hoy, otra vez, me gustaría que el partido se jugase dentro de cuatro meses. Pero creo que por cuestiones de organización no será posible. Así que, antes de que ganemos, quiero descargar parte de mis nervios. Y como hablo de disfrutar tengo que referirme a Xavi.
Xavi Hernández, hasta el nombre destila una sencillez que, la mayoría de las veces, incluso resulta perjudicial. A su manera, lleva siendo mucho tiempo el mejor futbolista del mundo, porque es quien consigue que los demás sean mejores, que aporten todo lo que son capaces, como un buen base en el baloncesto. Y todo lo hace sencillo, sin aspavientos ni poses. Su juego se basa exclusivamente en poder combinar con los demás. Recibe el balón, gira sobre sí mismo, busca y encuentra el lugar y el momento adecuado. Una y otra vez, un año tras otro. Individualmente no destacaría, pero demuestra que aunque haya que correr, saltar y golpear el balón, al fútbol, como todo en esta vida, se juega con la cabeza.
El último día, el último partido, tan sólo se trata de ganar, como sea. Pero es verdad que, en general, el camino suele ser más importante que la meta. No se puede negar que, aunque a veces no se consiga, hay que divertirse y hacer disfrutar mientras se intenta ganar. Si no, no merece la pena. Así que espero que el que fue el mejor jugador de la Eurocopa, el motor del Barça durante tantos años, que será el jugador de campo con más partidos en la historia de la selección, sea reconocido también como el mejor del mundo y del Mundial y me encantaría que marcase él el gol de la victoria. No es probable, pero no descartemos que le pueda dar también un pase a la red. Disfrutemos y mantengamos la expectativa, por el partido de mañana y por los tres o cuatro años que, espero, faltan para que se retire.