lunes, 20 de abril de 2009

El injusticiero

Enlazando con la entrada anterior, vuelvo a lamentar mi inutilidad como dibujante porque hace ya tiempo que, gracias también a estímulos ajenos, me surgió una idea que creo que podría triunfar. Hartos como estamos de los clásicos superhéroes de comic con los calzoncillos por fuera, es tiempo de introducir nuevas figuras y nuevos personajes en los que ver reflejadas nuestras más elevadas aspiraciones. Desde los Batman o los Spiderman, hasta los repelentes Superman o Hulk, siempre se nos presenta un persojane que, a pesar de sus conflictos internos, se caracteriza por su valor y por una injustificada filantropía, pues muchos de ellos son extraterrestres o mutantes que no tienen nigún motivo para preocuparse por lo que les pase a los miserables humanos. Por eso, buscando un carácter que se parezca más al nuestro, con el que nos podamos identificar más fácilmente, dando la vuelta al clásico Robin Hood, vino a mi cabeza la idea de "El Injusticiero", que roba a los pobres para dárselo a los ricos, y después roba a los ricos para quedárselo todo él y malgastar sin ningún conocimiento. Algo así como el cateto que repentinamente se hace millonario.
Por cierto, esto me recuerda algo que siempre he pensado. El comunismo consiste básicamente en juntar lo de todos y darle un poquito a cada uno. Distribución de la riqueza se llama, y no voy a entrar a valorar absolutamente nada. La cuestión es que mantengo la teoría de que lo opuesto al comunismo no es el capitalismo, sino la lotería: vamos a poner todos un poquito y vamos a convertir nuestras vidas en un poco más miserables si cabe (siempre cabe), para que todo el dinero se lo lleve uno solo y se dedique a despilfarrar como un desgraciado.
Pues bien, imaginad a un nuevo rico que utiliza su dinero para perpetrar injusticias por pura diversión. Es el clásico "joder por joder". No sería algo del estilo del típico supervillano que quiere propagar enfermedades porque su padre le pegaba de pequeño, porque ya no sería el injusticiero, sería un hijoputa. En realidad sería un combinado entre Cachuli, un jeque y el señor Burns. Habría que buscarle una apariencia y algunos superpoderes. En vez de ser un cachas con mallas, sería un enano con gomina, bigote y pantalones de pana, y en lugar de volar o tener una fuerza sobrehumana tendría un olfato superdesarrollado para oler a los pobres, los deprimidos y todo tipo de desfavorecidos para poder así humillarlos.
Sus aventuras consistirían, por ejemplo, en sus planes de robarle el dinero a la gente para quemarlo delante de sus narices, para comprar marisco y dárselo a las ratas o incluso para pagar a Ramoncín y la Sgae, todo cosas que jodan y sean inútiles. Bien pensado, tampoco es mucho peor que los clásicos superhéroes, que en vez de usar sus poderes para acabar con las guerras y el hambre en el mundo, se contentan con salvar a su pretendida para novia cuando la tiran por la ventana de un edificio. ¡Oh, gracias! Y luego encima te haces la víctima. Me pasa como con las películas de terror, que de tan gilipollas que son los protagonistas me acabo identificando con el asesino y en vez de asustarme me llevo alegrías. Y es que cuando veo a Clark Kent no me sorprende que haya alguien que quiera mofarse de él y darle unas collejas, que bien se las merece.
Así que me voy a busar un dibujantre y yo hago de guionista, a ver si así me puedo forrar y logro llevar las aventuras del Injusticiero a la vida real.

miércoles, 8 de abril de 2009

John Howe y Alan Lee

Estos dos señores, ilustradores desde hace muchos años de las ediciones de "El señor de los anillos", son dos pedazo de cracks a los que sabiamente acudió Peter Jackson para dar forma a sus películas (ganando además un Oscar). Ellos son los responsables del diseño artístico de la trilogía y de todo lo que está detrás de ella, especialmente videojuegos de todos los modelos y colores, que visualmente tienen siempre un atractivo especial. Y teniendo en cuenta que cuando intento dibujar una casa acaba pareciendo un saco de patatas y que es imposible jugar conmigo al Pictionary, pues estos dibujos me parecen absolutamente increíbles. Lo que se puede hacer con unos tristes lápices cuando se tiene talento...