miércoles, 26 de noviembre de 2008

Innovación

Mañana de papeleo y tarde de papeleo. Exquisito. Uno de esos días en los que te gustaría no haber nacido. Amo los papeles y la burocracia, es fascinante. Inventemos un sistema para que unos trazos de tinta sean la inamovible autoridad, dejando a los seres humanos en un lugar totalmente secundario: porque las personas son malas (pero los papeles los rellenas extreterrestres superdotados). Así, conseguiremos que no importe lo que le gente sepa, haga o deje de hacer, sino lo que un papel dice que sabe, hace o deja de hacer. Por eso el inglés siempre se sabe a nivel conversación y la informática a usuario. Nadie va a dudar de nadie si está escrito en caracteres imborrables. Algún día alcanzaremos ese mundo utópico en el que sean las fotocopias compulsadas y los certificados y sellos lo que realicen las cirugías a nuestros enfermos, eduquen a nuestros hijos e incluso se reproduzcan entre sí creando una raza de documentos superinteligentes. Pero no lo verán mis ojos....
Entre las muchas casillas a rellenar y preguntas a responder con un máximo de trescientas palabras encuentra uno ambigüedades que el propio papel no va a poder resolverte. Uno de los apartados más complicados era uno que me decía: "grado de innovación previsto". Me quedé un poco perplejo y pensé que quizá la innovación es como las temperaturas y las quemaduras, que se miden en grados, con lo que el grado de innovación tres debió ser el que le asignaron a Dios cuando creó de la nada. Aunque quizá alguien pensó que le faltaba la fotocopia compulsada del DNI y le denegaron la ayuda para su creación, así que se la tuvo que costear de su bolsillo y por eso hay seres como Michael Jackson, porque con bajo presupuesto las cosas no pueden salir bien.
Me devanaba los sesos buscándole el sentido a la bonita palabra con dos enes. La innovación será lo que tiene que ver conlo nuevo, o sea que se me pide que saque algo nuevo de algo que es muy viejo. Además, pensaba sobre el pensar, porque aquí conlo único que se trabaja, y yo más que nadie, es con ideas (o Ideas, según se quiera). Y busqué las palabras que me dieran la respuesta, pero me encontré con que el pensamiento es reflexión y especulación. Quiere decirse que la mente es como un espejo, que especula, o sea que refleja lo que tiene en frente. Con un poco de imaginación, incluso combina lo que recibe, pero poco más. Además, en caso como el mío te piden siempre el testimonio de las autoridades, para que la imaginación no se desborde. Porque como decía el email que quizá hayáis leído, copiar a una persona es plagiar, pero copiar a muchas personas es investigar.
Desesperado me he ido al diccionario y me dice que innovar es mudar o alterar algo. Así que y entendí por qué es tan innovadora una espuma de bacalao, porque mudar es lo mismo que mutar. Conclusión: que lo que se me pide son mutaciones. Quizá pueda satisfacer la exigencia. Pero como encima hay que prever la innovación, pues me he inventado lo que se me ha ocurrido, porque total, así son los papeles: hay que presentarlos, pero nadie los va a leer.

lunes, 17 de noviembre de 2008

De nuevo

Después de cuatro añitos, como viene siendo costumbre, el señor Robert Smith y sus secuaces nos ofrecen una nueva entrega de su repertorio musical, aunque sorprendentemente esta vez no están insistiendo en que va a ser la última, como también suele ser parte del ritual. De momento, y a falta de seguir comentando detalles y de ser escuchado un par de cientos de veces más, parece que en general está gustando más que el anterior, aunque aquí cada uno tiene su opinión.
Yo, por mi parte, a pesar de que todavía intento mantener un ligerísimo espíritu crítico, me adapto a lo que se inventen y siempre encuentro cosillas a las que sacarle el jugo, aunque reconozco que el grupo ha tenido momentos mejores y peores. Pero, sinceramente, me da bastante igual. Ahora intento recopilar los conciertos o los extractos de los últimos conciertos para disfrutar también de las nuevas canciones de otra manera, pues a los que nos gustan los cure no nos podemos limitar a los discos de estudio porque nos perderíamos la que quizá es la mejor parte del grupo.
Así que este post es mitad súplica, mitad dedicatoria. Lo primero, si no es mucho pedir, creo que es casi una obligación, porque no hay disco que se precie sin su gira correspondiente, y puestos a sacarnos el dinero a los que no vemos en la obligación moral de acudir a las citas que nos son medianamente posibles (e incluso a alguna más), pues probablemnte esta es la manera de pagar el dinero a gusto. Y ya que estamos pidiendo, pues a ser posible que coincida con el vernao, que siempre es much o más cómodo para todos. Y ahí está la parte de deicatoria, porque si los astros se alineasen y coincidiera un conciertillo por estas tierras de Dios en verano, ya nos las apañaríamos para compartir la experiencia. Y lo digo por mis vecinos internautas: Estatua, Rubén y Charly, que juntos formamos "los cuatro de Santiago", porque si las alegrías compartidas son el doble, pues siendo cuatro ya ni sé. Eso, que a ver si quisiera el cielo que pudiéramos gozar one more time.

domingo, 9 de noviembre de 2008

Azar



En la acepción primera y para mí normal de la RAE, el azar es una casualidad, un caso fortuito. El otro día he vuelto a hacer una quiniela, aunque todavía no he pagado los 50 céntimos a los que he confiado la laberación de este estado de pobreza en que me encuentro. Cuando estaba en el instituto, me gustaba aquella parte de las matemáticas que estudiaba las probabilidades de los distintos sucesos, sobre todo aquellos que tenían que ver con cartasm dados, loterías y ese tipo de cosas, porque también ayuda a que te des cuenta de la escasa diferencia que hay entre apostar con un billete de cinco euros y sonarte los mocos con él o usarlo para limpiar los cristales. Cuando tengo una probabilidad entre catorce millones, aunque sean cincuenta céntimos, no me suele parecer una buena inversión. Pero en fin, he jugado en un boleto compartido, que muy probablemente será reciclado mañana por la mañana. Aunque hoy no me arrepiento porque tengo que buscar la suerte como sea.
Ahora mismo, creo firmemente en la reencarnación, convencido como estoy de que en otra vida descuarticé personas, le robaba el dinero a los mendigos y me burlaba de los niños y los ancianos, porque ahora estoy pagando el castigo de mis vidas anteriores. Para la próxima espero ser un árbol como David el gnomo, que es una vida más tranquila, y sin sistema nervioso el estrés no es el mismo.
El caso es que el otro día un brasileño me preguntó qué quería decir una frase como "no es por azar que...", porque creía que en su país el azar era algo distinto. Decía no haber oído lo de "mala o buena suerte": allí simplemente hay suerte o azar. Así que, más aún de lo que yo creía, mi vida se encuentra dominada por el azar, incluso sin apostar. Y estoy esperando algún suceso que le dé la vuelta a esta desidia, porque empiezo a pensar, visto que además tengo la capacidad de contagiar este destino, que no es que haya mirado a un tuerto, es que soy yo el tuerto y encima me he mirado en el espejo.
Pero bueno, estoy tranquilo y no quiero decir todo esto muy alto, porque cuando crees que nada puede ir peor, algo te sorprende. Ese compendio de sabiduría que es la ley de Murphy está siempre en mi cabeza y recuerdo aquella frase que te recordaba que el azar nunca descansa: no hay un límite para que las cosas vayan mal.