domingo, 29 de junio de 2008

¡¡¡A la fuente!!!

Después de cumplir con mis pertinentes deberes, ya me puedo ir de vacaciones con la conciencia algo tranquila, e incluso atender el blog algún rato, que ya era hora de que le lavase un poco la cara.
Y no sabía muy bien sobre qué escribir, pero siendo el día que es lo tengo bien claro.
Tengo que reconocer que soy bastante más futbolero que patriota, aunque no sé cuál de las dos cosas me parece más ridícula y mayor expresión de las cosas tan ridículas que es capaz de crear la mente humana. Pero como no me apetece ponerme a discutir del tema con nadie, mejor me dedico un poquito al fútbol.
En realidad, es un deporte que puede llegar a hacerse aburridísimo, lento y espeso, especialmente si no sientes la motivación que dan las ganas de que gane un equipo y no otro. Por eso yo sólo suelo ver los partidos del Barça, porque aunque últimamente han sido un coñazo supino, por lo menos lo veo con cierta emoción, ya sea con la alegría de ganar o con la rabia de la desidia, que sólo se libera cagándose en la madre del rey de los Nazgul, ese espectro que lleva por nombre Tierry Henry, porque Ronaldinho está tan sumamente acabado que no merece ya ni un trist comentario.
Pero claro, detesto ver un partido en los bares porque siempre, estés donde estés, habrá algún madridista, pues este es un país plagado de merengones. Incluso en mi casa, lo normal es que unos quieran que gane un equipo y otros que se estrelle el avión en el que viajan o que padezcan una incurable plaga leprosa (suelo ser yo, que amo a todos y cada uno de los seres humanos).
Pero ahora, por primera, y probablemente última vez en a vida, todos vamos con el mismo equipo, y hay que reconocer que tiene una gracia especial. Así que esta noche volveré a la sede oficial pizarralera de la Eurocopa para contagiarme de la locura colectiva y dañar irreparablemente mi garganta. Hemos hablado de un día como hoy muchísimas veces y tengo unas ganas locas de que por fin ganemos algo y enloquezcamos todos a una.
Pero quiero dedicar unas palabritas a mis favoritos, así como rogar al cielo que algún día le caiga a Sergio Ramos un ladrillo enl cara cuando mira al cielo mientras suena el himno.
El primero, nuestro amigo Xavi, ese titán de 35 kg de peso, que tiene un toque y una visión de juego que hace de las delicias de nuestro amigo Joakín (aunque ahora se ha aficionado a Senna por otras razones), quien asegura que no ha perdido más de tres balones en toda su carrera. El caso es que a mí que no me cuenten milongas, ni Cesc Fábregas ni la madre que lo trajo, aunque el otro día por fin hizo un partido decente; cuando este señor está bien, como ahora, mueve al equipo mejor que nadie, y este año encima le h dado hasta por meter goles, como el del otro día; y tengo que reconocer que ha sido el que más he gozado de todos los que hemos metido, por ser gol suyo y pase de Iniesta. ¡Qué grande eres enano!!!! Aunque el de Güiza me pareció un chicharro, ¡qué ganas le echas desgraciao!
También siento predilección por el dulce, el sweet Iniesta. Una vez oí a Valdano (el rapsoda, el juntaletras) que Iniesta puede motovar a cualquiera a jugar al fútbol: no es alto, no es fuerte, no es rápido, no es agresivo y hasta está paliducho. Pero sólo con el toque de balón que tiene es uno de los mejores centrocampistas del mundo. ¡Eres un mago sweet! Aunque mi madre te llame "el vomitao", porque siempre tienes cara de haber echado la pela hace diez minutos. Si os fijáis, sólo juega los partidos de noche, porque la luz del sol podría matarle.
Y por último, ¡tiburón! El Lion King, Carles Puyol, el futbolista más bruto que ha pisado un campo de fútbol. ¿Cómo puede ser semejante tuercebotas uno de los mejores defensas que hemos tenido? Pues porque es una bestia parda. Lo lucha absolutamente todo y no duda en fracturarse el pómulo cn tal de evitar un saque de banda. No sé si alguien se fijó en el cabezazo que le pegó el otro día un ruso, pero era para haberse desmayado. Pues él se levanta, se rasca un poco la cabeza y a jugar. Es el único hombre en el mundo capaz de partirse el Peroné un jueves por la tarde y estar jugando otra vez al fútbol el sábado por la mañana. Siempre se lesiona y siempre juega al día siguiente. ¡Animal!


P. D. Se ruega a los empresarios y a todo aquel que tenga empleados a su cargo que tenga un poquito de corazón y se apiade de ellos dándoles el día libre, o por lo menos la mañana, porque además deben tener claro que las condiciones tan lamentables en las que van a llegar nos perjudican todos.
Y al gobierno de este país llamado España, la petición firme de que se instaure el 30de Junio como fiesta nacional, que ya que tenemos San Juan y la Virgen del Pilar y las fiestas de nacimiento y resurrección de Jesus Christ, bien nos podríamos inventar un San Iker y arreglábamos el asunto.
Ahora sólo espero que no perdamos, porque me tiro por la ventana.

lunes, 23 de junio de 2008

Mitomanía

Ante la escasez de ideas me dispongo a iniciar una nueva sección, en parte por sugerencias ajenas, y en parte porque así me sirve para aprender y repasar muchas cosas que no me vienen nada mal. Y antes de meterme al trapo, voy a soltar un rollo previamente, porque si no no me quedo a gusto. Espero que las entradas futuras no sean tan pesadas como ésta, porque me estoy convirtiendo en la clase de persona que siempre odié, no sé cómo lo hago.
Tengo un amigo por el levante español que dice muchas veces un frase cuando no está de acuerdo con algo o simplemenete no se lo cree: eso es un mito. Y yo, que sé hacer muy pocas cosas aparte de quejarme, y creo que ninguna mejor, pues nací ya con espítitu de jubilado, quiero quejarme de lo maltratado que está el término en cuestión. Es verdad que hay que veces que suena hasta bien; por ejemplo cuando se dice: Julio Iglesias, aparte de tener el tabique de plata y seis docenas de hijos, a cual más Borjamari, es un mito de la canción. Y esto significa que ha marcado una época o un estilo, o algo así.
Pero en general, un mito es algo que se dice o se cuenta, pero que no es verdad. Y no es que esto sea algo nuevo, sino que viene de muy atrás. Todo estudiante de filosofía del Bachillerato, habrá escuchado aquello de que la filosofía consumó el paso del mito al logos, es decir, que se eliminaron las narraciones míticas basadas en la imaginación y se sustituyeron por las explicaciones racionales y científicas. No voy discutir el hecho de que esta teoría es muy didáctica para quien no tiene tiempo para profundizar más, pero también es cierto que es una de las patrañas más grandes de la historia de la humanidad.
El mito, no es más que una narración o un relato. Y coincide que los primeros relatos del mundo occidental son aquellos sobre el origen del universo, sobre dioses y héroes, y sobre todo aquello mediante lo cual se pretende explicar lo que no se comprende. En cambio, lo que hoy llamamos ciencia parece un saber universal e infalible, que nos enseña la verdad sobre la naturaleza.
Pero ni a los mitos les falta razón ni a la filosofía y la ciencia imaginación. La una utiliza conceptos y la otra, en un determinado momento pasó de la teoría a la cuantificación, y claro, se independizó. Lo cual no impide que en los mitos podamos encontrar elementos muy racionales, sólo que expresados por medio de acciones y personajes.
¿A qué viene, entonces, su mala fama? Pues a que se enjuicia generalmente sin apartar los prejuicios de un estado de conocimiento ciertamente superior. Es fácil reírse al pensar que hay unos señores encima de las nubes que se enfadan de cuando en cuando y nos lanzan rayos, tormentas y maremotos. Pero habría que ver qué pensábamos nosotros si tuviérmos que darle explicación a estas cosas por nosotros mismos. Y hay gente que todavía hoy se cree sandeces bastante más gordas. De hecho, si llamas a un tarot o algo por el estilo, pierdes el derecho a reírte de cualquier otra cosa.
La ciencia, por su parte, tiene sus mitos, y su supuesta verdad e infalibilidad se anulan en el momento en que hay una historia de la ciencia, que avanza y va superando teorías que, vistas desde una nueva perspectiva se muestran falsas, al menos parcialmente. Aparte de saberse de memoria muchas fórmulas, para ser un buen físico hay que tener una gran imaginación, porque al fin y al cabo se trata de establecer teorías que concuerden con los hechos, y normalmente las teorías no se deducen directamente de los hechos, sino que se crean en la mente y en la imaginación de alguien y después se contrastan y se ponen a prueba.
Pero, a pesar de todo, los mitos siguen despertando interés y admiración, en un mundo que tiene muy poco que ver con aquél en el que surgieron. Así que, cada vez que me apetezca, contaré algún mito o alguna historia sobre un personaje de la mitología, griega, por supuesto. Los mitos no son verdad, pero nada lo es, y lo que lo es, tarde o temprano deja de serlo. Es el ciclo de la vida.

jueves, 19 de junio de 2008

¡Desvitalízate!

Cuando te levantas por la mañana y lo primero que tienes que hacer el visitar al señor dentista, ya puedes intuir que no va a ser el mejor día de tu vida. Cuando después de llevar más empastes que muelas, el amigo te dice que si te duele por la noche te va a tener que desvitalizar el nervio, la cosa ya va tomando un color gris oscuro que no invita al optimismo. Además, cuando voy a visitarle sé a ciencia cierta lo que me espera: si tengo cita a primera hora de la mañana, pues son las seis y pico y acabo de comer. Y es que este señor, con el que tengo desde hace años una estupenda relación, todavía está por darse cuenta de que no soy un caballo. Sí, soy un tío grandote y demás, pero el tema de las tres jeringas de anestesia lo veo excesivo. ¿Alguna vez os han anestesiado la encía de abajo y habéis dejado de sentir el párpado? A mí sí. !Y qué decir de mis pabellones orejeros! Un día de estos igual hasta me lo recorto, aprovechando la coyuntura. Magnífica experiencia la de sentir que tienes un hormiguero por cabeza. Aunque también debo decir que probablemente aún se está vengando por un suceso ya muy lejano, que estoy seguro que él tampoco ha olvidado; pero eso ya lo cuento mejor otro día, porque es uno de los capítulos más destacados de mi estómago y mi campanilla.
Permítaseme la pedantería, pero nunca me había parado a pensar en la palabra anestesia, pero se ajusta perfectamente a lo que a mí me pasa. Una de esas ocho o diez palabras en griego que se me repiten hasta en sueños es aísthesis, la sensibilidad, los sentidos; de donde viene aisthetiké, o sea, estética, que inicialmente tiene que ver con los sentidos y con la percepción y no con el arte ni con la belleza, y mucho menos con modas ni con pintauñas ni cosas por el estilo. Pero todas la palabras acaban pervirtiéndose. El caso es que anaisthesía, anestesia es, lógicamente, insesibilidad, ausencia de sentidos, como me pasa a mí, que hasta hace un rato no sentía, la lengua ni la nariz ni las orejas, y veía de milagro.
Qué palabra también, por cierto, desvitalizar. Que es lo mismo que matar pero dicho muy finamente. Ya me lo hizo una vez y gustito la verdad es que no da. Aparte de que yo creo que ya está bien, porque mi cartera está también bastante desvitalizada, que sólo con los empastes le he pagado ya la ampliación de la consulta y la tele de plasma de la sala de espera. Pero bueno, de momento parece que no me duele demasiado, así que espero librarme, aunque sea de momento.
Y hace un par de horas, cuando todavía sentía que mi cara era de corcho, me ha llegado un email. Era una persona que necesitaba información sobre mi, digamos, "actividad profesional". Ha leído una cosilla de las que he publicado, colgada por ahí en una web bastante currada, y le ha gustado, y ha deccidido hacer un trabajo sobre él. Así que se ha dedicado a buscar información sobre mi persona por esta maravillosa red pornográfica llamada Internet, hasta que ha dado conmigo. Por supuesto, he contestado al email y le he contado mi vida y milagros, aunque supongo que se habrá decepcionado por lo poco que he podido ofrecerle. Pero yo me he quedado como un señor, y por un momento hasta me he sentido importante, a pesar de no sentir la mandíbula. Sinceramente, es la primera vez, en mucho tiempo, que me siento un poco valorado, no voy a decir útil porque tampoco es para tanto. Es reconfortante tener un estímulo para hacer las cosas que no sea el dinero, y que alguien se interese por algo que has hecho, sin conocerte de nada y de forma totalmente anónima, provoca una sensación que nunca había experiementado, pero que debe ser lo contrario de desvitalizar, porque me he puesto a estudiar y me ha cundido como nunca.

lunes, 16 de junio de 2008

No hay más que una

Hace poco me llegó un email sobre esas frases típicas que dicen siempre las madres. Como diría uno que yo me sé, parece que han estudiado todas en la misma academia, porque tienen una serie de frases universales, desde el "abrígate" o "¿dónde vas así?" hasta el "pregúntale a tu padre a ver qué dice él", que son de dominio público. La mía, en concreto, suele tener un lenguaje algo más complejo y a veces pide cosas del tipo "cógeme el ése que está ahí", ante las que uno siempre tiene claro qué hacer: nada. Pero aparte de sus expresiones, lo que más me impresiona es su capacidad de sugestión, esa psicología materna con la que siempre acaban consiguiendo lo que querían. Quien no ha oído nunca, sobre todo los que sean un poco comiques como yo, eso de "con la de niños que pasan hambre y tú dejando la comida en el plato". Claro, te lo acabas comiendo, porque tu madre ha encontrado la manera de ponerte en una disyuntiva de la que no puedes escapar: o te comes la deliciosa coliflor o te quedas con el remoridimiento el resto del día. Pero a mí la táctica que más me duele es la de la indiferencia, porque cuando estás discutiendo y te lleva la contraria, o te dice que no hagas algo, tú te vas cabreado y al final igual no le haces caso. Ahora bien, cuando miran para otro lado y te dicen: "haz lo que quieras...", ahí ya te dejan tocado y al final acabarás cediendo.
Pero en fin, no hacer falta que diga nada de las madres porque cada uno tiene la suya. Todo esto es una excusa para poner un vídeo, puesto que cierta persona no ha tenido sangre para ponerlo a pesar de haberlo visto doce veces y haberse quedado con el soniquete una semana. PUes ahora te lo vas a tragar otra vez.

jueves, 12 de junio de 2008

Enfermos mentales: Diógenes de Sínope

Indagando en un blog amigo, encontré una cita que me ha servido de inspiración. Intento no explotar aquí mi vena espesa para no aburrir al personal, pero creo que el personaje en cuestión es cualquier cosa menos aburrido. No es, desde luego, un filósofo al uso, no es una mente a la que resulte imposible poner imagen; es más bien un carácter, una personalidad, una actitud.
Para situarnos, necesito hacer una introducción teórica. Diógenes es el más conocido representante de la que para mí es la tendencia filosófica más menospreciada de la historia: el cinismo. Los cínicos pertenecen a ese grupo que suele denominarse "socráticos menores", pues su fundador, Antístenes, era un amigo muy cercano de Sócrates, en quien se inspiró como modelo de vida, más que de pensamiento. También, en cierto modo, los cínicos son deudores de los sofistas, quienes hicieron popular la distinción entre physis y nomos, entre naturaleza y convención. Y en una época en que la ciudad se resquebraja debido a guerras y corrupciones, apostarán por un modo de vida que consideran natural, ajeno a los absurdos que genera la sociedad y sus convenciones. Proclamaban la libertad de palabra y comportamiento, apostaban por una vida ordenada, autárquica, y su ideal consistía en la imperturbabilidad, en una sociedad en la que los deseos artificiales gobernaban a la multitud. Por eso, siguiendo a Sócrates afirmaban: "si el no tener necesidades es lo propio de los dioses, el tener las menos posibles será lo que más nos acerque a ellos, lo que nos haga más divinos".
Pero vamos ya al asunto. Hoy cuando te llaman cínico, no cabe duda de que te están insultando. Y en realidad antes también. Aunque hay quien le busca otro origen, el término se debe al adjetivo que le dedicaban a Diógenes por su modo de vida, kynikós, o sea, perruno, porque se comportaba como un perro. Él, por supuesto, se lo tomaba bien y lucía orgulloso este nombre, e incluso parece que también mordió a mucha gente, y no es una expresión. Y es que dentro de las virtudes proclamadas por los cínicos, Diógenes destacaba sobre todo por la anaideia, que viene a ser algo así como la desvergüenza, la ausencia de pudor. Detestaba la especulación, por lo que lo que sabemos de él se debe a las múltiples y geniales anécdotas que nos han llegado.
Desde joven se dio cuenta de la cantidad de necesidades superfluas que esclavizaban a los hombres, así que, tras observar la tranquilidad y libertad del resto de animales, deicidió actuar como ellos, como el ratón que se pasea feliz sin preocuparse por todo aquello que los hombres consideran provechoso.
Marchó de su ciudad con sólo un zurrón en el que guardaba una copa y un plato, pero los tiró cuando vio cómo un niño bebía de sus propias manos el agua de un riachuelo.
Dormía y comía en cualquier sitio, e incluso era conocido por hacer sus necesidades en público.
Una vez, cuando alguien le increpó por masturbarse en plena calle le dijo: ojalá pudiera saciar el hambre con solo frotarme la barriga.
Al llegar a Atenas, pidió a un conocido que le buscase un lugar para vivir, y como tardaba, cogió un tonel de un templo y en él encontró su casa.
Fue vendido como esclavo y cuando le preguntaron qué sabía hacer, respondió: gobernar hombres.
Una vez fue invitado a la mansión de un hombre importante, quien le dijo que no escupiera en el suelo. Y como tenía ganas de hacerlo, le escupió en la cara, porque decía no haber encontrado un lugar más inmundo en toda la casa.
Muchos se reían de él, pues actuaba de manera diferente al resto. Unos hombres que comían le arrojaron los huesos como a un perro. Y él, como perro que era, les orinó encima.
Aceptando el nombre que le habían puesto se presentaba así: soy Diógenes el cínico. Meneo la cola a los que me dan algo, ladro a los que no me dan y muerdo a los malvados.
Llegó a ser muy famoso en toda Grecia y se cuentan muchas anécdotas de encuentros con el Gran Alejandro, ya que eran contemporáneos. La más conocida de todas, es aquella que cuenta que, estando Diógenes tumbado en la calle, se le acercó y le dijo: "pídeme lo que quieras", y le contestó: "apártate que me estás tapando el sol".
Por supuesto, siendo toda una leyenda, se le atribuyen cosas, como ésta, mucho más cercanas a la fantasía que a la realidad. Pero todas concuerdan con su modo de ser.
Y para acabar quiero quejarme de algo que me parece un crimen espantoso. ¿Qué ha quedado de Diógenes para la posteridad? Era un hombre del que aún hoy podemos aprender valiosas lecciones, alguien que rechazó la cultura y la sociedad de su tiempo, que se había vuelto corrupta y que, resueltas las principales necesidades de la vida, se ocupaba de las cosas más absurdas y artificiales. Denunció lo absurdo de la superstición, de la obsesión de los ciudadanos por las apariencias y las opiniones ajenas. Pues bien, ¿que nos queda hoy de su figura, de su nombre, cuando personajes verdaderamente repugnantes y violentos presiden calles, plazas y avenidas? Un trastorno del comportamiento que consiste en acumular bolsas de basura y en convivir con tres docenas de gatos: el síndrome de Diógenes. Me permitiréis, después de algunas anécdotas escatológicas, que me cague en la ciencia médica y en la madre del que le puso el nombre al trastorno. ¿Tan faltos estamos de términos para las enfermedades? Y además, el pobre Diógenes, que tiró su plato y su copa porque había un modo más sencillo y natural de comer y beber, que despreciaba la propiedad y la acumulación de las cosas inútiles que ha creado la sociedad, lo último que querría sería encerrarse en casa con tres toneladas de basura.
¡Qué injusta es la historia!

lunes, 9 de junio de 2008

Para ser conductor de primera...

Aparte de despojo humano, tengo otra profesión en secreto, que es la de conductor profesional. En estos dos últimos años he creado una especie de complejo de camionero o de conductor de autobús, y recorro la línea 3 cada muy poco tiempo, aunque a veces más del que me gustaría. Hay veces que lo pienso y me parece que paso más tiempo en el coche que en mi casa. Me estoy empezando a plantear el asunto de los "Audiolibros", que por lo visto consisten básicamente en la voz de un señor o señora que leen un libro, con lo que tú simplemente tienes que escucharlo. Cuando viajaba en bus, sin duda el medio de transporte que encontraré en el infierno, podía leer o lo que fuese y no tenía la misma sensación de pérdida de tiempo. Es cierto que tenía otras sensaciones peores, fundamentalmente asco. Y es que cuando tardas una hora y media más de lo previsto y la separación entre tu asiento y el de adelante es de medio metro teniendo un fémur mide 90cm, se te crea un regusto en el fondo de la garganta que sin duda es la materialización del asco más absoluto. Recuerdo también una vez que viajé en Nochebuena, que también es el asco convertido en fecha de calendario, y ante la escasez de luz le pedí al señor conductor si podía encender la lucecita de mi asiento para seguir leyendo y me dijo, con una media sonrisa: "Hoy no es día de leer". Me pareció genial.
Pero como el tema de los audiolibros me parece un poquito surreal, aparte de que un fulano leyéndome el Quijote puede ser un somnífero bastante elegante, pues obviamente no me queda otra que entregarme a la música a todo volumen. Y normalmente tiendo a ponerme algo un poco animado, dentro de mis escasísimas posibilidades. Pero ayer, en contra de lo que me esperaba, había unos nubarrones color gris oscuro que después escupieron un poco de lluvia, lo cual no le vino del todo mal a mi siempre mugriento parabrisas. El caso es que me pareció una auténtica desidia, aparte de un presagio del estupendo verano de 15º a la sombra que nos espera. Iba a cambiar el cd pero dije, "paso". Y además rompí la fea costumbre que estoy cogiendo de escucharlo todo en el modo aleatorio y elegí un disco a tono con al ambiente. Y ahora se me ha ocurrido ofrecerlo, porque para mí es una obra de arte. Hay quien se quedó en los Cure de los 80 porque le parece que lo posterior ya no merece la pena. Craso error. El "Blooflowers" es del año 2000, cuando todavía tenían teclado, y yo me cuento entre los pocos afortunados, de la gente que conozco, que pudo escuchar casi todas sus canciones en directo. Así que, como el disco es muy fácil de conseguir, os ofrezco el directo del dvd Trilogy, que hace ya mucho tiempo pude pasar a audio gracias a un aparato prehistórico de nuestro amigo el faramacéutico, entusiata también del disco en particular y de sus "guitarras musicales".
A pesar de las señoritas que os darán la brasa en la página de descarga, os recomiendo bajarlo y escucharlo (y sin pasar la segunda canción, que es algo muy típico). Buen viaje.

martes, 3 de junio de 2008

Enfermos mentales: un colega y Pepito

Acabo de rescatar una caja de zapatos de casa de mis padres. Como si yo tuviera zapatos... Es una caja que abro cada cierto tiempo (bastante), en momentos de melancolía o añoranza de tiempos pasados. La caja está llena de cartas, y dado el tamaño de mis pies, pues seguramente habrá más de cien. Y es que la adolescencia es un período muy difícil en la vida de las personas, y yo en particular hacía cosas verdaderamente extrañas en las que no merece la pena entrar, aunque no digo que ahora no las haga, pero es curioso comprobar las que uno hacía y ya no hace. Siempre he tenido cierta tendencia a comunicarme por escrito, porque a uno le da tiempo a pensar las cosas y a repasar y suprimir las que no te gustan después de leídas. Pero eso tiene sentido cuando tienes que decir algo importante, que generalmente no era el caso.
El caso es que en una época sin teléfonos móviles ni sms, en la que mis padres me abroncaban por las absurdas conferencias en las que malgastaba las tardes con gente con la que pasaba toda la mañana; en una época, digo, en la que Internet era una palabra sin significado, el mejor modo de comunicarse era, sin duda, el correo de toda la vida. Pero, en general, todo era también bastante absurdo, porque empecé a cartearme con unas cuantas personas, la mayoría de las cuales iban conmigo al instituto, y a veces nos dábamos las cartas en mano por la mañana. Había un caso más curioso, porque me escribía también con una vecina, que todavía sigue siendo amiga, y nos dedicábamos a dibujar los sellos y hacernos coñas con ellos. Era muy gracioso.
Respecto al contenido de las cartas prefiero no decir nada, porque hay algunas que son completamente vergonzantes, de éstas que dan tantísima grima que no puedes acabar de leerlas. Son cartas que me escribían a mí, pero soy perfectamente consciente de que las mías daban la misma dentera. En mi defensa y la de los demás tengo que decir que las primeras que conservo son del 96 y con las edades que teníamos nos creíamos personas pero no lo éramos.
Otra cosa que quiero comentar es que, en una fase de la vida en la que las hormonas nublan cualquier posibilidad de raciocinio, los carteros tenían que sufrir todo tipo de chorradas, porque las buenas cartas empiezan ya en el sobre.
Y esto que podéis ver es obra de la única persona con la que tenía sentido escribirse. Se hace llamar Vdi, porque él cree que está bien de la cabeza, pero no. Podéis ver su pagina de MySpace en los vínculos y disfrutar de sus músicas, porque el tío es un valiente y compone de todo con su teclado, su guitarra, y sus múltiples e incomprensibles programas. Y a pesar del enlace el muy mamonazo nunca se pasa por aquí. Nos conocimos cuando éramos muy pequeños (él , por supuesto era mucho más pequeño, en todos los sentidos) y sólo nos veíamos en verano. Así que empezamos a escribirnos cual rollo veraniego. Con todo el mundo me pasaba algo curioso, siempre había conflicto por la tardanza en contestar, pero muchas veces tampoco había gran cosa que contar. Y como no merecía la pena malgastar un sobre y un sello para escribir diez líneas, pues al perturbado en cuestión se le ocurrió inventar una historieta, siendo como es afinicionado al dibujo y a El Jueves. Y así surgió Pepito. Un joven incomprendido y maltratado por la sociedad al que no le queda más remedio que tomarse la justicia por su mano. Eso, un superhéroe como otro cualquiera. Lamento no poder aportar todo el material del que dispongo por su alto contenido violento y erótico; y como no hay nada de esto en la red, pues no quiero ser yo el que la ensucie. Pero sí os puedo ofrecer una pequeña presentación gracias a la magia del scanner.
A veces nos encontramos en el messenger o nos mandamos algún mail, pero claro, ningún ordenador ofrece tantas posiblidades como una mente enferma con un boli y un papel. La vida es así, se están perdiendo las buenas costumbres.

lunes, 2 de junio de 2008

Para Estatua y Charly

Aquí os dejo dos de las canciones que se incluirán en el nuevo disco de The Cure, y que probablemente formarán parte de ese grupo casi infinito de singles con los que tienen pensado forrarse a costa del contribuyente antes de que salga el nombrado disco. Estatua seguro que aún no las ha escuchado, Charly puede que sí. Me dirijo a ellos porque tengo buena constancia de que son fans declarados. Pertenecen al concierto que dieron en Toronto el 15 de Mayo, así que está recién salidas del horno. El sonido es aceptable, no muy bueno pero es lo que hay; ponerse los cascos que igual el altavoz del portatil las convierte en sicofonías. Ya me diréis qué os parecen.